Aquí están, aquí las tengo; las llaves del 14.
Me dejé ir hacia atrás para ver si detenías mi caída.
¿Vas? ¿Vienes? ¿Te vienes?
Te vienes y te vas.
Estaba frío el piso, yo quebrado en el suelo, y tu; armándote un porro en la ventana.
Pienso que he deseado tanto este momento que vivirlo me da miedo.
Finalmente recoges mis pedazos, vienes y te vienes. Duermes, y otra vez te vienes y te vas. Y yo me voy contigo pero me quedo.
Cumplidos mis deseos más profundos ya no sé quién soy.
Ya te tuve. ¿Y ahora qué? – vuelves, te vas de nuevo pero me dejas tu olor a porro en una camisa que olvidaste en el suelo. Y me quedo solo.
Me dejo ir hacia atrás para ver si alguien detiene mi caída.
– Nadie.
Sale el sol, yo en el suelo, vuelves en otro cuerpo más joven y te amo.
Y vienes y te vienes y te vienes y me vengo y te vas. ¿Qué me queda?
Esto me queda, aquí están, aquí las tengo; las llaves del 14.
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