Hoy he visto agujeros en el universo.
He sentido cadenas inmensas de información, pasando sobre mí, a través de mí y por debajo de mí. Conexiones conmigo y a través de mí, que encuentran reciprocidades en el tiempo y en el espacio.
Lo único que se da por azar es la conexión entre acontecimientos. El devenir no es consecuencia del movimiento disociado tanto como de la conexión.
Yo soy un registro, una marca, un conjunto de datos que discriminan y definen la materia que me forma. Que se fuga.
Las conexiones se amalgaman entre, encima, debajo y alrededor de mí.
Y la canción que suena en el taxi se conecta con la tarde en el hotel, que se conecta con el niño ciego,
que se conecta con el hermano inexistente, que se conecta con el niño de la soga, que se conecta con la piel morena, que me atraviesa y se conecta con el número 25, que se conecta con una vieja canción
y de vuelta al niño de la soga, al niño ciego, a mí y a la canción del taxi que me lleva justo en este momento por una calle conocida.
Pasar por lugares conocidos es abrirle agujeros a los agujeros.
Los caminos, conexiones en sí mismos pertenecen a distintos nodos y sistemas cada vez que los cruzamos. O que nos cruzan ellos.
La información no transita por ningún camino, las cadenas de datos son caminos en si mismas por que definen su destino y su trayectoria.
Sobre los los caminos de piedras se ciernen intrincadas redes de palabras, todas interconectadas en algún lugar del tiempo y del espacio.
El taxi, la canción, el camino, la piel, el niño de la soga, el niño ciego y el universo entero pueden ser al tiempo coexistir, en tanto la conectividad entre ellos los limita a estar juntos en una efímera ,aunque eterna fracción de presente.
¡Y qué se dirá de los que somos dentro!
Cada uno de los que soy adentro tiene innumerables conexiones con los que somos afuera, con los que son afuera, con lo que es afuera.
Porque el afuera sólo es tal en relación con el adentro, infinita superposición de líneas que definen conexiones entre puntos distantes y yo en el centro de todas. Parte de todas. Atravesado por todas. Se agitan.
Las relaciones entre datos cambian de sentido, de velocidad y de magnitud a una velocidad constante de nula aceleración. La constante de su velocidad es el infinito.
Mis conexiones pululan, salen de mi cuerpo ansiosas de unirse a cualquier cadena de información. Nosotros lo llamamos causalidad pero no existe tal.
Hoy he visto agujeros en el universo, en su entramado de datos uno de ellos estaba en mi pecho y mi cuerpo entero se caía hacia su centro conectado con el flujo de unas palabras distantes.
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