Días atrás recibí una llamada de un amigo que conocí hace un par de años por medio de Youtube. Actualmente vivimos en la misma ciudad –yo porque aquí nací y él por motivos estudiantiles–. Le dí asilo unos días en mi casa e incluso hemos trabajando juntos en proyectos audiovisuales. – Se le escuchaba dudoso–.
A diferencia de lo que reina en estos meses conforme a felicidad, matrículas, alumnos aceptados en instituciones de prestigio, graduaciones y exámenes profesionales, yo celebro y presumo tomar aquella decisión de dejar de lado el sistema educativo, de “des-graduarme” de la Universidad, de la irrealidad.
“Axel dame tu punto de vista; no sé que hacer, me queda un año por terminar la licenciatura pero ya no quiero estudiar, siento una presión social y familiar por acabarla, pero por el otro lado ya tengo camino recorrido laboralmente como Freelance y la Universidad me está frenando para no llevarlo a cabo, qué riesgo corro” – fue lo que me dijo aquel Youtuber días atrás al recibir su llamada.
Aunque normalmente yo destacaba como líder, participaba en concursos a nivel municipal y estatal en Innovación Tecnológica victorioso con 1eros o 2dos lugares, salía en el cuadro de honor por tan buenas notas –desde que recuerdo– no me gustaba asistir a la escuela. Realmente era muy fácil hacer las cosas bien, cumplir, destacar e inclusive copiar exámenes, además de echar mano de las relaciones públicas, qué más que conocimiento, eso era lo que te generaba “exentar la material”. Siempre fui muy hábil para las relaciones sociales y persuadir para una calificación.
En secundaria estuve a punto de no terminarla, incluso no fui a la graduación. El Bachillerato lo deje de lado por 2 años; no pude superar un 0 en el examen parcial de matemáticas. Tras retomarlo a los 18, terminé e ingresé a la Universidad. Sólo hice un año; en el 2013 me “des-gradué”.
Me desesperaba entender el puto Trinomio al cuadrado perfecto, tomar clases de relleno; cuando yo sólo quería que me ensañaran a desarrollarme como persona y emprender con mis ideas. Mi profesión e intereses, sin duda no ocupan de una licenciatura.
Desde chico nunca pude embonar en el sistema educativo. No podía asimilar como es que envés de crear estudiantes conscientes, libres, con grandes ideas pero sobre todo capaces, nos estábamos convirtiendo en personas apáticas, cuadradas y cansados por estar enjaulados tanto tiempo. Copiando, memorizando textos y fechas, aprendiendo paja, aguantando a profesores flojonazos que año con año repiten los contenidos, que se escudan con sindicatos.
Hoy los profesores enseñan con miedo y resignación, obedeciendo instrucciones y programas que les exigen las autoridades educativas. Al final hay sólo tres cosas que les preocupan a los maestros: 1) No reprobar niños, 2) El resultado de la aplicación de la prueba Enlace y 3) el cumplimiento del Calendario Escolar; día de la madre, el maestro, del niño, fechas patrias y ceremonias de fin de año.
Es lamentable saber que se va a la escuela por sistema, obligación y miedo; todos te dicen que es necesario, que no vas a poder lograr algo bueno sin él, porque “papelito habla”. Hoy veo a Psicólogos, Comunicólogos y hasta Ingenieros trabajando en Bancos, McDonals y supermercados. Y lo entiendo “papelito habla”; sólo es un documento que dice que terminaste cierto entrenamiento. Ser inteligente no son calificaciones ni grados académicos, sino la capacidad de resolver problemas.
Es absurdo seguir pensando que un título te resuelve la vida y que es de plena obligación.
Soy una persona comprometida con mi educación y tiempo. Creo como principal modelo el ser auto-didacta, en la educación alternativa con plataformas como Biialab y un sinfín de curso online con grandes mentores especialistas. Contrario a lo que cualquiera pensaría, el trabajo independiente por aprender y desarrollar mejores competencias es mayor. Renuncié al sistema educativo tradicional, pero nunca al seguir estudiando y alimentar mi cerebro con información de valor; hoy estudio y me preparo más que cuanto estaba en la Universidad. Puedo decir que el 70% de mi experiencia y conocimiento la adquirí leyendo blogs, en conferencias y tutoriales de Youtube, en plataformas de educación online y sobre todo, en el mismo campo laboral; mis mejores maestros en el campo del aprendizaje autodidacta.
Hoy estoy contento por “des-graduarme”, por desarrollarme como persona, emprendedor, freelance y empleado, de generar proyectos, aportar valor en las personas y abrir consciencia. Me toca eliminar los paradigmas y reafirmar que con licenciatura o sin ella, las grandes personas e ideas no tienen obstáculos para alcanzar el éxito personal, laboral o profesional, que a decir verdad , me gustaría tener un “Lic.” antes de mi nombre “namás pá ver cómo se siente”.
¡Felicidades a los primeros “des-graduados”! a Steve Jobs, Bill Gates, Amancio Ortega, Michael Dell, Mark Zuckerberg, Richard Branson y a todos aquellos que abandonaron la Universidad para comenzar su camino profesional a su tiempo e intereses.
Al final, son los resultados los que hablan por la profesión de cada uno.
Facebook Comments