Por: Axel Zamudio
Es impresionante como un cantante, actor o un simple famoso influye demasiado en las vidas de las personas, en su mayoría jóvenes de entre 13 y 19 años, y se comprende; ya que es la etapa donde buscan una identidad. Pero más que buscarla y elegir, adoptan la primera que salta a la vista, de la que todos hablan; la que está a la moda.
Wiz Khalifa un rapero en auge, que con su SWAG (Movimiento rasta-rapero creado en Los Ángeles, que resalta la manera de vestir, hablar y hasta caminar) ha cautivado a muchos jóvenes de clase media y media-alta, jóvenes que no sólo siguen su música, sino también adoptan su vestimenta, forma de pensar y de posar en fotografías, además de inculcar el “amor” por los tatuajes y el piercing.
La marihuana es parte del sello distintivo de Wiz Khalifa y del movimiento SWAG, por lo tanto ya es normal ver a niños con gorritas snapback’s o planas de Steelers y con sueter Obey fumando marihuana, mostrándose en fotos ante las redes, presumiendo como si dicho acto fuera un gran logro dentro de su vida, esperando el aplauso y alarde de unos cuantos.
Por lo tanto estos jóvenes carecen de estilo propio, en todos los sentidos, perdiendo así su libertad, ya que sus decisiones no están relacionadas con sus gustos, si no con la moda que hay en el momento, creando así, una especie de copias de los que los demás dicen y hacen.
Es curioso notar que muchas de las personas están más preocupadas y obsesionadas por su apariencia; de lo que hay que tener, lo que hay que lucir, dejando a un lado su intelecto, pensar y sentir. Gran parte de los jóvenes viven de apariencias, adoptando costumbres y vestimentas para formar parte de algún círculo social.
(No estoy criticando al cantante ni a su música como tal, sino a las masas que copian de él).
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