La prohibición de animales en circos es una realidad; entre estados y municipios ya suman 23 en México; todos con bastantes incongruencias entre líneas. Tal es el caso de Baja California.
Con la iniciativa, se prohíbe a cualquier persona “presentar un espectáculo circense con animales”. La prohibición no abarca las actividades de charrería, delfinarios o presentaciones teatrales, porque los legisladores consideraron que en ellas no se produce maltrato animal.
Pero ¿qué pasa con las corridas de toros? En donde las escenas son indignantes, donde el ser humano se muestra como el amo y señor de la vida, donde lo importante es hacer sufrir al animal; una muerte disfrazada de cultura.
¿Qué pasa con las charrerías, los palenques, los jaripeos, las peleas de gallos y la caza deportiva? – Claro, eso no se toca, ya que muchos empresarios y políticos practican estas justas, despilfarrando el dinero, matando por diversión, cabezas vistas como trofeos. Prácticas legales e ilegales que generan una gran derrama económica para los inversionistas.
Sólo nos toca esperar a que prohíban a los perros guía, los perros anti drogas, lo de rescate, los que detectan glucosa, los bueyes y las mulas de campo, los halcones de seguridad… ó ¿Sólo algunos animales tienen derecho u obligación trabajar o qué?.
Sin duda, México y sus reformas nunca podrán ser lo que añoran. Mientras Costa Rica desde 2002 prohíbe espectáculos con animales salvajes, además también los programas de nado con delfínes y ballenas, en 2014; cerró zoológicos y liberó a todos los animales que se encontraban en cautiverio en su territorio.
Mientras tanto en México… la clase política y gran parte de la sociedad aplaude la aprobación de una ley, que no ataca el corazón del problema; una ley con demagogia electorera.
Crear leyes que prohíban los circos sin animales no garantiza la vida, el alimento, y la preservación de las especies, se ocupa ir más allá de una simple carpa. Lo peor de todo, es que el decreto que prohíbe el uso de animales no contempla que hacer con sus ejemplares después de ser decomisados, pues la mayoría no pueden ser devueltos a la naturaleza (impronta).
Lo curioso, es que la Ciudad de México prohíbe el uso de animales en circos, pero tienen la plaza de toros más grande de México y la de mayor aforo en el mundo. Si un circo incumple en esta ley, tendrá que pagar $ 87 mil pesos (apróx.), pero por el contrario Zacatecas, Hidalgo, Aguascalientes, Guanajuato, Tlaxcala y Michoacán han declarado la fiesta brava como patrimonio cultural. Querétaro al mismo tiempo que prohíbe el uso de animales en circos, considera la fiesta de los toros como patrimonio cultural inmaterial lo que implica que las autoridades tomen medidas para su conservación y difusión. Últimamente Baja California prohibió el uso de animales en circos, pero rechazó y pospuso el voto para debatir y prohibir las corridas de toros, ya que según ellos la iniciativa debe ser analizada y carece de sustento; y claro que lo entendemos, y es que las fiestas de la vendimia están a la vuelta de la esquina y los toros ya están más que listos para salir a la faena.
¿A qué chingados estamos jugando?. Cuando se trata de proteger a los animales, los estados quieren, pero lo hacen a medias o con contradicciones. Estoy en contra del maltrato animal, pero también en contra que no se regule a todo por igual.
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