Por: Axel Zamudio.
Esta semana se reabrió un caso que aconteció hace 20 años. Muchos no lo conocían, pocos se acordaban. Édgar Tamayo regreso a los titulares de los periódicos, noticia #1 en twitter, y una de la más comentada en Facebook. Los mensajes por mexicanos con doble moral no se hicieron esperar: algunos satanizaban a Estados Unidos pero preguntaban quién era Tamayo, muchos se sentían orgullosos de ser mexicanos y exclamaban ¨viba mejico cabrones¨.
Édgar Tamayo, el mexicano de 47 años de edad a quien se le diagnostico “discapacidad mental leve” fue sentenciado a inyección letal en Texas, tras asesinar a un policía en 1994 cuando era trasladado al departamento de justicia local. Según el informe, durante el traslado (al ser revisado 2 veces antes de abordar la unidad) Tamayo sacó una pistola, y esposado disparó contra el policía propiciándole la muerte.
Existen demasiadas dudas en este caso. Pero lo que no ayudó, es que el mismo Tamayo declaró que no se acuerda de los hechos ese día, ya que fue intervenido al salir de una boda en estado de ebriedad. No iba solo, una persona más lo acompañaba, mismo que declaró en su contra, culpándolo como el actor intelectual del homicidio.
Preguntas y más preguntas arroja el caso de Édgar Tamayo, pero la verdad fue llevada hoy a la tumba tras su ejecución.
Soy de las personas que apoya la pena de muerte, y que exige mano dura contra los criminales.
Tal vez fue culpable o tal vez le toco estar presente en un mal momento, pero por muy mexicano que sea es un ¨asesino¨ por lo tanto merece castigo. Al final de cuenta ya estaba muerto en vida tras permanecer 23 años de cárcel.
Este caso como el de algunos policías gringos que matan a mexicanos, sólo demuestra el apoyo que el gobierno de Estados Unidos tiene a sus nativos, excluyendo por completo y de la peor manera a todo inmigrante en ese país. Cosa que en México es al revés; la justicia apoya al extranjero, dejando de un lado al mexicano.
Mi pregunta siempre ha sido: si sabemos que en Estados Unidos no quieren a los latinos y utilizan cualquier pretexto para detenerlos o depórtalos ¿Por qué seguir o buscar ingresar a ese país?
Lo curioso del caso es ver a mexicanos que se indignan por la ejecución de Tamayo, deseándole lo peor y hasta la muerte a la familia del policía, cuando sabemos que si alguno de nuestros familiares fuese asesinado de alguna u otra forma, haríamos justicia hasta por nuestra propia mano. Pero como no es el caso, nos toca hablar desde la otra moral, la de la solidaria, la que va en contra de todo lo que vaya en contra del paisano mexicano.
Pero bueno, somos mexicanos y vivimos las noticias al momento, mañana nadie se acordará de este señor e iniciará el nuevo tema de conversación; Ramiro Hernández Llamas, mexicano acusado de muerte y violación en Estados Unidos, que se pretende sea ejecutado el 9 de abril en Texas.
Facebook Comments
Comments are closed.