Desde que recuerdo, he escuchado constantemente que estamos viviendo una dura situación económica. Los periódicos hablan de la caída del peso, las estadísticas dicen que cada vez hay más pobres, en la gente reina el no hay dinero. En las redes mencionan que no hay trabajo.
La verdad, es que la repetición constante de estas expresiones se convierte en programas mentales que limitan y dirigen nuestra forma de ser, pensar y actuar. Si desde pequeño escuchaste esas frases, pues que no te sorprenda que hoy tengas poco.
Me cuesta aceptar cuando se menciona que estamos viviendo una crisis financiera, y es que mí cartera, profesión y círculo me dicen todo lo contrario; hoy veo a mis clientes felices y aumentar sus ventas, mejorar sus establecimientos e invirtiendo en su SER. Los amigos con ganas de comerse al mundo duplican sus ingresos, cada vez miramos más oportunidades, seguimos poniendo nuestro talento al servicio de los demás y firmando contratos. ¡¡Cuál crisis!!.
Si ves al mundo desde la actitud de pobreza, todo lo que veas va a ser pobreza. A esto se le conoce como sistema reticular o visión selectiva; no vemos las cosas como son, sino como somos. Cuando uno es martillo, cualquier cosa es un clavo.
Repite conmigo: A donde voy hay trabajo, a donde voy veo oportunidades, a donde veo hay abundancia.
Enfócate en lo que quieres ver y crear en tu vida.
¿Por qué soy pobre?
Hay factores que pueden influir y hasta definir nuestro grado de éxito y felicidad.
Al nacer traemos un código genético e información por default. Pero no sólo recibimos la parte biológica sino que además patrones, cargas, creencias, emociones y condicionamientos. Sumando además los preceptos culturales, sociales y hasta religiosos. Nacer en Latinoamérica te da 80% de probabilidad que seas clase media – baja y 70% que tu religión sea católica.
¿Entonces soy pobre por el destino?
Psicólogos de la Universidad de California descubrieron que las circunstancias y la genética sólo determinan el 50% de la felicidad y éxito de una persona. Lo demás depende de ti y son producto de tus hábitos y la manera en la que ves la vida lo que te han llevado hasta el punto en el que te encuentras.
No hay pobreza económica, sin antes haber una pobreza mental y espiritual
Estamos constituidos por diferentes dimensiones, y cada uno en conexión directa con todos. Material, energético, emocional, mental y espiritual.
El que hoy el dinero no te rinda, apenas llegues a la quincena o incluso no lo haya, es resultado de una pobreza mental y espiritual. El estado de tu vida es un reflejo del estado de tu mente y la conexión con tu SER. ¿Qué piensas diariamente? ¿Te quejas sin sentido o construyes? ¿Ves oportunidades o barreras?.
La pobreza es una actitud, y la actitud sale del corazón. A la riqueza le gusta la gente con firmeza y carácter. Tu autoestima determina tus ingresos.
¿Qué es el dinero?
El dinero es el resultado del amor y el valor que le pongo a mi trabajo. ¿Qué valor le doy a mis clientes? ¿Qué valor le doy a lo que hago?. Ese valor se ve reflejado en cada cheque. Es un constante dar y recibir.
Si amas lo que haces y haces lo que amas el éxito está asegurado.
El dinero no sirve si no hay propósito. No es bueno ni malo, cada quién transforma su vibración; creación o escasez.
Enfócate en agregar valor, en cambiar vidas, en realizar tu proyecto sentido. Si haces cosas que te hagan vibrar mueves al Universo al compás de tus acciones y pone cosas maravillosas en ti.
¿No tienes trabajo? ¿Te pagan una miseria? Seguramente hay un buen motivo para ello. El Universo es perfecto, cada quien está en donde debe estar.
¿Cómo dejo de lado la vida pobre?
Tienes que elevar tu nivel vibracional; estirándote más, buscando una escalera, generando alianzas, sumando piedras, sacos, barrotes para alcanzar.
Deja de poner tus problemas en la mochila de otros. Anulamos la posibilidad de estar en abundancia y prosperidad cuando justificamos nuestra mediocridad con pretextos absurdos: Es que nací pobre, mis hijos, mi enfermedad, el gobierno, no hay oportunidades, el sistema beneficia a unos cuantos. Cambiemos el “Es que soy pobre porque no tengo estudios” por el “A pesar de no tener estudios soy próspero y vivo feliz”.
Independiente de las carencias que tengas, no hay nada que pueda justificar tu inacción.
Analiza cuál es tu actitud interior hacia la vida, dónde estas conectado en tu canal de felicidad y dicha que permita que todo lo bueno llegue a ti. La abundancia depende de cuáles son tus actitudes y tus visiones hacia ella; si tú amas lo bueno la abundancia viene a ti.
No veas al dinero como solución o necesidad, sino como un elemento que suma para lograr lo que deseas.
No se trata de ganar más dinero para estar bien, sino estar bien para que todo lo demás fluya en tu vida. Procura que tu meta no sea ser rico con miles de pesos en la cuenta, sino ser próspero, y ser próspero es equilibrio. Rico en amor, rico en relaciones, en el plano emocional, felicidad, trabajo, salud y rico en dinero; todo en armonía. Cuando te fundamentas sólo en el dinero no eres próspero.
Hoy todos buscan tener más dinero y cosas materiales para poder hacer lo que quieren y ser felices. Cuando debería ser todo lo contrario; conectarnos con nuestro ser, ayudarnos a enfocar y facilitar nuestro hacer para al final incrementar y expandir nuestro tener.
Presumir honestidad, estudios, trabajar muy duro, tener bienes y activos tal vez garantizan dinero, pero no prosperidad y abundancia, y es que la riqueza material no es sinónimo de felicidad; también se puede ser próspero sin tener riqueza económica.
Hoy ganar dinero es muy fácil, vivir en abundancia y SER próspero es a lo que todos deberían aspirar.
El dinero no trae la prosperidad, es la prosperidad la que trae el dinero. Y la prosperidad es, en primer lugar, un estado mental y espiritual.
Es hora de que cambiemos de canal, estamos generando un potencial enorme si conectamos con los pensamientos correctos. Este mundo es perfecto y lleno de abundancia. Nadie vino aquí a sufrir, a trabajar en algo que no le gusta, pagar impuestos, discutir y morir; en este mundo no hay carencia de nada, lo que hace falta es más genialidad.
Deja de gritar que tienes poco, que nadie va a venir a salvarte; porque nadie te debe nada. A pesar de lo mucho o poco que tengas, no hagas de tu vida, una vida pobre.
Facebook Comments